pensando en el olvido de los muertos
fumando las ansias de lo eterno
en la cavidad enferma de la gente sola.
Lo creo seriamente
Incluso sinceramente.
Ahora que siento el difuso sonido
que aletea en las fisuras de mi mente
digo que es de ebrios acordarse del olvido
que es de locos contemplar hacia la muerte.
Y esa música de infancia
con pífanos de filos carniceros
a pesar del circo del libre mercadismo
o marxismo leninismo
nunca dejó de cantarle a los zapatos sin regreso de los muertos
ni a la muela cariada de algún viejo.
He masticado mucho a esta persona
y eso,
nadie me lo perdona.
Es sólo humo de crepúsculo
y las goteras al entrar al camposanto
el que me arrancó algunas lágrimas
para escribir este quebranto
sin ningún escrúpulo.