Sólo
buscamos un camino, una línea divisoria
para no embebobarnos
mas
pusiste un disco de los Beatles
que no me gustó nada.
Para variar prendiste un cigarro
y se te heló el corazón
porque no sabias fumar.
Mejor;
lo apagué en la ventana
y tu tristeza duró cinco minutos
porque estabas ridícula.
Pero se te pasó después
con una de Garfunkel
que me gustó menos.
Te pusiste a llorar.
Y se me heló el corazón
cuando aplasté el cigarrillo contra la ventana
porque yo no sabía llorar ni de oído.